El programa Ninf@ Calidad amplió este año su área de actuación a cuencas de Burgos, Soria y Zamora

Familia, turismo y sostenibilidad son los tres ejes del proyecto Ninf@ que durante el 2009 generó 2.200 alojamientos directos asociados a la pesca y más de 670 servicios de guías de pesca en los 144 municipios incluidos en cuatro grupos de acción local Leader y Prodercal de las provincias de León y Palencia que iniciaron este programa hace tres años.

Con este programa se pretende «recuperar la identidad turística de la pesca», perdida en las últimas décadas por el enfoque deportivo y competitivo de esta actividad tradicional ribereña y por el descenso de la población truchera.

«La pesca está poco explotada como recurso turístico porque todos los esfuerzos se dirigen al deporte y la competición, que trae poco turismo, y porque la trucha escasea», señala Miguel Fernández, coordinador del proyecto Ninf@.

El programa de cooperación interterritorial se extendió este año a las cuencas fluviales de Zamora, Burgos y Soria. «El objetivo al ampliar los grupos de acción local a tres provincias más es abarcar las zonas trucheras más emblemáticas de la comunidad autónoma con el fin de ofertar paquetes turísticos de calidad anclados en los entornos fluviales de mayor relevancia nacional en el ámbito de la pesca de la trucha», señala Miguel Fernández, coordinador del proyecto Ninf@ calidad que gestiona la empresa Cesnatur.

Los grupos de acción local involucrados actualmente son Adescas, Montaña de Riaño, Cuatro Valles y Poeda en León; Montaña Palentina, en Palencia; Merindades y Adeco Camino en Burgos; Tierras Sorianas del Cid en Soria y Adisac La Voz, en Zamora.

Establecimientos adheridos. El proyecto cuenta con más de 300 establecimientos adheridos, entre hoteles, restaurantes y, principalmente casas rurales, de los cuales más de 180 están en la provincia de León y 37 guías de pesca que se ampliarán a lo largo de los próximos cuatro años de vigencia del programa.

Convertir «el deporte de la pesca en un recurso turístico y de desarrollo rural basado en la sostenibilidad y el respeto a los pueblos» es el eje de este proyecto, único en Europa, que se prolongará hasta el 31 de diciembre de 2013 y cuenta con una financiación de 260.000 euros en actuaciones comunes y 195.000 euros en acciones individuales de cada grupo.

León, «por su riqueza fluvial y su tradición de pesca», agrega, es la provincia señera de este proyecto que tiene especial interés en la participación de grupos familiares, mujeres y personas con discapacidad.

La provincia cuenta con más de 3.000 kilómetros de ríos y tiene renombre mundial por la pesca de la trucha, pese a que en las últimas décadas la trucha autóctona figura como «especie amenazada» por «introgresión genética procedente de los ejemplares de repoblación».

Además, la alteración de los cauces fluviales por las obras hidráulicas y por los vertidos urbanos e industriales, así como las actividades extractivas de áridos, canteras y lavado de carbones y pizarras son serias amenazas para el hábitat de la trucha, principalmente para los frezaderos y zonas de refugio, tal y como señala la Asociación Pescaleón.

También se responsabiliza de esta situación a la gestión de la administración autonómica, por un lado, que tiene competencias en medio ambiente, y de la administración central, gestora de las políticas de agua.

«No se explica que hace quince años existía venta de truchas y había truchas y ahora que no se permite resulta que no hay truchas», lamenta Tomás Gil, coordinador de guías de pesca de Ninf@ y guía de pesca profesional desde hace 18 años. Se hace eco del descontento de los pescadores de la gestión de los ríos en los últimos años. «Al menos dos asociaciones vamos a presentar una querella contra la Junta» a la que acusan de «llevar truchas con la pesca eléctrica» a ríos que tradicionalmente no han sido trucheros y de no invertir lo necesario en frezaderos porque «es costoso», agrega Gil.

Ninfas para atraer a las familias

Cuentan que las ninfas, diosas de las aguas, son peces que por las noches se transforman en mujeres y cantan para atraer a los pescadores. Con este nombre, pero con arroba, el programa de cooperación interterritorial Ninf@ pretende atraer al turismo familiar en auge en el siglo XXI y aprovechar la riqueza fluvial sin esquilmarla.

No se trata de volver a los años 70-80, cuando entre 6.000 y 8.000 franceses recalaban en León con congeladores en los maleteros del coche para llevarse truchas a troche y moche y amortizar el precio de los cotos, los permisos y el hotel.

La pesca sin muerte es su divisa, aunque, hoy por hoy y con la ley en la mano, «a nadie que tenga un coto se le puede negar que se lleve su cupo de cuatro truchas si lo consigue, a esos les decimos que sean prudentes y moderados», admite Miguel Fernández.

«La figura del pescador que marcha tres días de casa solo para pescar se da cada vez menos. La tendencia social es la de una familia más participativa en las actividades de ocio y hay que ofrecer paquetes que satisfagan esas apetencias culturales, de iniciación a la pesca o simplemente de disfrute de la naturaleza», subraya.

«¿Cómo iba a haber mujeres pescadoras -”aunque siempre las hubo-” si estaban en las cocinas?», comenta con ironía Tomás Gil.

La mujer es una pieza clave del turismo familiar, más allá de las cocinas donde antaño se cocinaban las truchas. «Las mujeres participarán más en la pesca en la medida en que sea una actividad más natural, sin muerte». Actualmente, menos del tres por ciento de las licencias son femeninas.

«La pesca no es un deporte olímpico porque conlleva el sacrificio de un animal, nosotros la queremos promocionar como actividad de relax, devolviendo la trucha al río y disfrutando del entorno, pero no podemos negar que está permitida y en los casos en que desean quedarse con el cupo asignado les pedimos que sean prudentes y moderados».

En las salidas con guía se practica la pesca sin muerte, que, además de anzuelos sin arpón, exige manipular a los peces con una secadera y no arrastrarlos por el suelo.

Como proyecto europeo, Ninf@ está abierta a la colaboración con asociaciones, en particular con colectivos de personas con discapacidad -”en mayo inauguró una zona específica en el embalse de Selgas-” y con colegios.

«Queremos recuperar el turismo a pesar de los problemas que hay con la escasez de la trucha», subraya Miguel Fernández. De hecho, el proyecto no se para fuera de la temporada de pesca, de abril a mediados de octubre. Durante los meses de freza se ofrece la pesca de ciprínidos (barbos, carpas, bogas) y depredadores en áreas de ribera baja y pantanos. Además, durante el verano también está el atractivo de la pesca del cangrejo.

El programa Ninf@ exige a los establecimientos adheridos -”el 80% están situados en zonas altas para la trucha-” unos requisitos mínimos para facilitar el alojamiento de pescadores y sus familias (zonas para colgar y secar la ropa húmeda, revistero con información de pesca, directorio de servicios, teléfonos de contacto) y considera como servicios de calidad ofrecer servicios de picnic, flexibilidad en los horarios de comerdor y zonas de reuniones, entre otras.